Aprender a ser discontinuos / El Buda del loto blanco

Me preguntas sobre los eventos que perturban y cambian tus planes. Hay mucho que aprender de estos eventos.


Primero te envío mi amor, mis respetos por haber escogido vivir en la ilusión de la dualidad y la separación. Mi amor por la paciencia y humildad que significa el observar las contrariedades sin apego, con tranquilidad, por eso te honro.



Los eventos no lineales son como despertadores de la consciencia, sucede cuando se necesita que te fijes en algo. Tu creas estos eventos para  reflexionar sobre la continuidad de las cosas. En la naturaleza existe la ley de la continuidad y la ley de la discontinuidad, ambas conviven y se complementan .


La continuidad está en las estaciones, en el crecimiento de las cosas, en el tiempo lineal propio de la dimensión material, este es al que te han  acostumbrado desde pequeño, es el que te ha funcionado y seguirá haciéndolo en un nivel de la realidad, son las atribuciones automáticas de la naturaleza, como los latidos del corazón o el desarrollo de una flor hacia el fruto, todo tiene esta potencialidad hermosa que sostiene la vida.


Lo discontinuo es aquello que no se encuentra en la matriz de la linealidad, es aquello que irrumpe, que crea nuevos patrones, que funciona a saltos y se parece a la creatividad. Es así como surgen nuevas ideas, descubrimientos, cambios de percepción, evolución, transformación.


Aprender de la discontinuidad no siempre es fácil, es la medicina del ego, del deseo, del apego y muchas veces las medicinas son amargas, desagradables.


La discontinuidad tiene que ver con el patrón oculto de conexión entre las cosas, lo que no se ve cuando sucede el evento, porque los factores que lo producen no son obvios, son aparentemente irracionales. Muchas veces la clave para interpretar la discontinuidad son los detalles mas pequeños e insignificantes.


La práctica de la discontinuidad es altamente saludable en estos tiempo de cambio, pueden practicarla aceptando amorosamente los cambios y también viviendo la cotidianidad con discontinuidad, como por ejemplo cambiar de camino para regresar a casa, o hacer cosas inusuales o simplemente cambiar la forma de pensar.


Es claro que a medida que la tierra evoluciona hacia otras dimensiones y frecuencias, cada vez más los eventos personales y globales se van a presentar aparentemente mas discontinuos, el gran antídoto para todo esto es la confianza, el la certeza de que todo esta bien, de que todavía no se tiene la gran visión de las cosas, la perspectiva aérea.

En esos momentos ver la montaña, ir a la naturaleza, mirar las nubes pueden servir de bálsamo a la incertidumbre.


Así que aprender a ser discontinuos es una invitación que les dejo mis amados, ríndanse ante lo desconocido y disfruten la alegría de estar en la vida. 
Te habla,

El Buda del loto Blanco

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